PP: Políticos y
conseguidores: abrelatas: corruptos

NOTA.-Si no fueran diputados/funcionarios no podrían hacer ese trabajo ... de comisionistas. Las comisiones no se declararon al Congreso de los Diputados. Y, otra cosa ... el embajador solicitó la compatibilidad? ¿Alguien, quién, se la dio? ... o no se la dio nadie?

NOTA.-Si no fueran diputados/funcionarios no podrían hacer ese trabajo ... de comisionistas. Las comisiones no se declararon al Congreso de los Diputados. Y, otra cosa ... el embajador solicitó la compatibilidad? ¿Alguien, quién, se la dio? ... o no se la dio nadie?
En apenas tres líneas
manuscritas, con tachón incluido, el diputado del PP por Segovia Pedro Gómez
de la Serna despachaba así su declaración de actividades: «Administrador
único de la sociedad Scardovi SL, de
la que tiene el 51% del capital social.
Se trata de una empresa de consultoría».
Pero detrás de esa
escueta declaración hay un entramado del que también forma parte el actual
embajador de España en India, Gustavo de Arístegui, a través de su sociedad Karistia, por el que ambos miembros
históricos del PP han cobrado comisiones millonarias gracias a su labor de lobby para empresas
españolas en África y Latinoamérica, principalmente.
Arístegui y Gómez de la Serna, bajo la marca Voltar Lassen, registrada por ambos en
la Oficina Española de Patentes y Marcas, han ejercido como conseguidores de
contratos públicos para una veintena de empresas españolas en diversos países.
Para ello se valían de agentes expatriados que conocen el terreno y que
utilizaban sus influencias y contactos para conseguir esos grandes contratos a
cambio de comisiones.
Este negocio se
materializó en la consecución de dos grandes obras públicas para la
constructora española Elecnor en Argelia, negocio por el que ingresaron al
menos 737.000 euros de comisión más un canon de 15.000 euros mensuales, según
ha podido documentar este diario a través de los contratos y facturas internos
de Voltar Lassen.

Un ejemplo: según informó Elecnor a través de comunicados y según confirmaron a este diario desde la propia empresa, Voltar Lassen les ayudó a conseguir dos contratos, uno para construir un tranvía en la ciudad argelina de Ouarla por importe de 230 millones de euros, y otro por la canalización de aguas de Souk Tleta, valorado en 250 millones. Es decir, un total de 480 millones. La firma de ambos dirigentes del PP cobraba, de manera genérica, entre un 2% y un 5% del valor total de las adjudicaciones conseguidas, a repartir entre Arístegui, Gómez de la Serna y sus cazadores de negocio. Pero en el caso concreto de la canalización de aguas para Elecnor, sin embargo, se pactó un 1% del contrato; es decir, 2,5 millones de euros. …
Erradicar ya el uso del cargo público para fines lucrativos
EL ESCÁNDALO de dos políticos de primera fila que utilizan su cargo como conseguidores para cobrar comisiones,
destapado ayer por este periódico, nos sitúa una vez más ante la necesidad de
una profunda reforma de aspectos esenciales de nuestro sistema político. Es
inaceptable que un parlamentario y un embajador se sirvan del cargo público que
ocupan para enriquecerse personalmente, aprovechándose de la ambigüedad de unas
normas que permiten casi cualquier comportamiento, aunque sea inmoral.
Nos referimos al diputado popular por Segovia Pedro Gómez
de la Serna –repite en las listas del 20-D– y al actual embajador en la India y
portavoz del PP en la Comisión de Exteriores en la anterior legislatura,
Gustavo de Arístegui. Como informamos ayer, ambos han cobrado comisiones millonarias
por conseguir contratos para empresas españolas de gobiernos de África y
América Latina. Sólo por un contrato, el que firmó Elecnor con Argelia en 2010
para construir una canalización de aguas, pactaron embolsarse 2,5 millones de
euros.
Ambos lo hicieron a través de sendas sociedades consultoras, incluidas en
sus declaraciones de intereses. Es muy significativo, por ejemplo, la inclusión
de Gómez de la Serna, escrita a mano, en el apartado Actividad privada
por cuenta ajena: «Administrador único de la sociedad Scardovi S.L.,
de la que tiene el 51% del capital. Se trata de una empresa de consultoría». Lo
que no añadió era la naturaleza de los ingresos que le reportaba esa sociedad.
Se trata, pues, de un asunto muy turbio que debe tratarse desde dos vertientes.
La primera es delimitar la responsabilidad de Gómez de la Serna y de Arístegui
que, como decimos, han utilizado sus cargos públicos para lucrarse
personalmente mediante una actividad cuanto menos sospechosa. Desde luego, una
de las labores de un embajador es abrir puertas a las empresas españolas y
establecer contactos con las autoridades del país en el que está destinado,
pero no es de recibo que por ello perciba ninguna comisión. Como tampoco se
concibe que un diputado se valga de su cargo para gestionar intereses
lucrativos privados.

José Luis Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, decía ayer que ambos políticos aportaban su know how a los empresarios. Hoy descubrimos que ese know how consistía en el inveterado trabajo del comisionista, una actividad legítima en el ámbito privado, pero reprochable cuando se mezcla con la actividad pública. Es una mofa a los españoles …